Historia tres
Tercera historia:
El Risco seguía allí, por Lucía Álvarez Rodríguez
La gota de agua condensada se deslizó por el vaso hasta su mano. Despertó. Los hielos de su mojito la saludaron tintineando. Alzó la pamela y con ella la vista. El Risco seguía a su derecha. La playa, azul y violeta, a su izquierda. De frente, el océano, inmenso y vivo. Un océano mágico, que había lavado las capas de maquillaje, asfalto y prisas de su día a día. Mientras caminaba mar adentro, pellizcando arena con los dedos de los pies, Lucía se repetía a sí misma: “Un día, Lanzarote será mi casa”.
10/10 exelente recomendaciones
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